No todos los metales en estado de fusión, se comportan de la misma forma cuando entran en contacto accidental con los diferentes tejidos de protección.
Es muy importante en el momento de elegir las mejores telas de protección para las salpicaduras de metal en fusión, tener en cuenta la naturaleza del mismo ya que dependiendo si es de origen férrico o no férrico así como sus diferentes aleaciones, sus comportamientos varían considerablemente al impactar de forma accidental en estos equipos de seguridad para fundidores.
Existen una gran variedad de metales Férricos y No Férricos los cuales también se les añade otras aleaciones que las forman otro tipo de metales o compuestos minerales de diferente naturaleza. Esta gran variedad de aleaciones, hace que debamos buscar el mejor tejido de protección al metal fundido ya que existen diferentes comportamientos según estos compuestos.
Cuando hablamos de Metales Férricos, obviamente nos referimos a los que contienen hierro en su composición y estos, presentan siempre un comportamiento similar en todos y aquellos procesos de su fusión. Podríamos decir que nos será más fácil encontrar estas telas o tejidos de protección frente a este tipo de metales.
El hierro así como sus aleaciones derivadas como el Acero, Inox, Etc, adquiere una temperatura de fusión que oscila entre los 1.200ºC hasta los casi 1.700ºC y cuando estas salpicaduras de metal impactan con los tejidos o telas de protección provocan una extraordinaria elevación de la temperatura en ellos. Los efectos que buscamos es la total repelencia del metal y que no provoque agujeros.
Las aleaciones ferrosas cuando en su estado de fusión impactan en tejidos no adecuados, provocan una destrucción inmediata del mismo por sus elevadas temperaturas de contacto. Raramente existen casos en los que el metal se quede adherido al tejido de protección.
El hierro tiene un alto poder destructivo cuando entra en contacto con los tejidos ignífugos que presentan pesos livianos y fibras que no soportan picos elevados de temperatura, provocando la rotura del propio tejido.
Cuando hablamos de aleaciones No Ferrosas como el Cobre, Zinc, Plomo, estaño, aluminio, níquel, o magnesio, a excepción del cobre, estos metales tienden a adherirse muy fácilmente a los tejidos o telas inapropiadas. Las temperaturas de trabajo son algo más inferiores y la capacidad de enfriamiento es muy elevada.
Todo ello, provoca que las salpicaduras de estos metales se que queden adheridas al tejido y permitan una transmisión inmediata de calor hacia el propio operario así como también la destrucción del tejido.
En estos tipos de telas de protección a las salpicaduras de metales de origen No Ferroso, es primordial elegir fibras que sean capaces de repeler al máximo la adhesión de estos metales. Sea cual sea su naturaleza si el metal no ferroso se queda pegado al tejido, las consecuencias son severas aunque no tanto con el Plomo, Estaño o Zinc.
Digamos que la aleación por excelencia en todos los sentidos, es la del Aluminio las más utilizada en las fundiciones no ferrosas y que la tomamos como una de la más críticas por su facilidad de quedarse pegada en la ropa de los fundidores. Unido a su temperatura de trabajo de unos 600/700ºC, son suficientes para provocar quemaduras graves.
Tanto en sus procesos de fabricación primaria como secundaria en fundición, es la aleación de aluminio la que más peligro presenta para los operarios frente a sus salpicaduras.
Aleaciones como Estaño, Zinc o plomo, son las que casi siempre se quedan adheridas al tejido y en estos casos, se debe buscar la máxima repelencia aunque es cierto que las temperaturas de estos metales son más bajas que en el proceso primario.
Los metales ferrosos tienen un alto poder destructivo en la ropa de protección mientras que los no ferrosos, tienden a adherirse a ella provocando un daño mayor.
Las telas de protección para metales Ferrosos como el Hierro o el Acero, deben soportar el alto choque térmico de las salpicaduras de estos metales, evitando que se destruyan por este efecto y que mantengan su estructura de forma que impida que penetre metal al interior de la ropa del operario.
La utilización de prendas ignífugas interiores, siempre colaboran a minimizar los daños si las capas exteriores de los tejidos llegan a fallar.
Las telas o tejidos de protección para los metales No Ferrosos principalmente el Aluminio, deben permitir la total y absoluta repelencia a estos ; ya que al quedarse adheridos a la ropa , es cuando los daños que provocan son muy elevados. Este tipo de tejidos o telas de protección son las más técnicas dentro de este sector y es preciso una correcta elección de las mismas.