Si hablamos de los riesgos en soldadura, podríamos decir que en la mayor parte de talleres no hay un conocimiento y formación adecuados respecto al cuidado del entorno, al mantenimiento del equipo y a las prevenciones personales respecto a los riesgos existentes. En ocasiones no se tiene la paciencia que esta operación requiere para realizarla de forma adecuada.
La formación continua de los soldadores tendría que ser fundamental para las empresas y para el propio operario, no tan sólo para una especialización sobre un tipo de soldadura, sino para formarles al respecto de los riesgos que pueden ocasionar cada una de ellas y la forma de prevenirlos.
Si generalizásemos podríamos decir que un soldador se expone a:
- En ocasiones a problemas ergonómicos debidos a la posición al efectuar la operación
- Espacios reducidos que a veces impiden un buen posicionamiento del operario
- Un entorno lleno de cables, botellas de gases y armarios que pueden ocasionar caídas
- Exposición a Rayos Ultravioletas (UV) que puede perjudicar a la vista y a la piel
- Inhalación de humos que afectan las vías respiratorias
- Exposición a diferentes metales que pueden afectar también a la salud del operario
Uno de los principales riesgos en soldadura a los que se enfrentan los soldadores es a la inhalación de los gases producidos por el cromo y níquel ya que pueden ser cancerígenos.
Las protecciones respiratorias adecuadas a cada tipo de soldadura son fundamentales. Respecto a este tema, La OSHA está efectuando controles muy estrictos en cuanto a los espacios, controles de extracciones de humo y equipos de seguridad en el entorno de estos procesos.
Empieza en los operarios la propia exigencia de cuidar todos estos detalles con la finalidad de prevenir y evitar accidentes. Todos sabemos que ocurren pero la rutina y que creamos que dominamos la situación, hacen que olvidemos su importancia.