Los soldadores, en más de una ocasión deben protegerse más de los riesgos ocasionados por los compañeros que están trabajando a su alrededor que por el riesgo ocasionado por lo que él esté haciendo.
Cuando decidimos utilizar la piel, siempre estamos hablando de delantales que en la mayor parte de ocasiones simplemente cubren la parte frontal del operario.
Nuestra propuesta es utilizar tejidos resistentes que cumplan con la correspondiente normativa Europea EN 11611.
Los tejidos ignífugos con acabados cerámicos pueden aportar al trabajador de una mayor protección y mejor confortabilidad, al final estamos hablando de ropa de protección a pequeñas salpicaduras de metal incandescente y aunque estas en la mayor parte de los casos siempre caen al suelo, determinadas posiciones del soldador a la hora de soldar nos plantean el conseguir soluciones que protejan al operario en su totalidad.
El equipo de protección para el soldador es aconsejable que sea para la totalidad de su cuerpo.
En operaciones complicadas siempre es aconsejable un suplemento en protección y la combinación de ambos elementos puede ser la solución perfecta.
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